Suele pasar con muchos deportistas de élite, al principio son unos genios que nos hacen disfrutar con sus habilidades, poco a poco comienzan a ganar dinero, en el caso del motociclismo las marcas se matan por tenerlos en sus parrillas de salida a lomos de sus motos, ganan más dinero aún y, ahí es donde comienzan a fallar como escopetas de feria.
En un deporte como el motociclismo, y una vez que estás en la cumbre, cuando solo tienes que mantenerte para seguir ostentando cierto estatus y tener la cuenta corriente bien atiborrada de Euros ¿para qué te vas a jugar el cuero, tuyo además, no el de Dainese, por estar el primero al final de la carrera?
Lo fácil es comenzar a echar balones fuera, a culpar a otros de tu mal hacer en la pista, nunca claro a la gente de los boxes, eso no es de recibo, son tus colegas, te atienden, te tratan bien, toman café contigo, sales con ellos de fiesta. No, lo fácil es culpar a la fábrica, a quien construye tu moto.
Rossi, Doctor que fuiste y parece que ya no quieres seguir siendolo, llevas una Ducati entre las piernas, con esa máquina todos los aficionamos sabemos que se puede hacer algo más que lamentarse, se puede incluso ganar, muchos estamos seguros de ello, lo tuyo suena excusa, a no reconocer que tratas de estirar la fama y la gloria para dentro de un tiempo, cuando ellos quieran claro, cuando dejen de pagarte, bajar de la moto y dedicarte a otra cosa.
Si no quieres correr no corras, si no quieres ganar no ganes, pero no le eches la culpa a nadie de hacerlo mal o de no poder hacerlo mejor, aguanta el contrato como puedas (lo tiene harto difícil para romperlo) y ya está, y si quieres, para divertirnos a todos, pues que Ducati siga atendiendo tus caprichos y haciendote más motos a medida, que después de haberte hecho cuatro aún puedes decir unas cuantas veces más eso de que "la moto no es mía".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios que falten de algún modo al respeto a los demás no serán publicados.